Obstetricia y Puericultura

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lunes, 28 de marzo de 2011

Mastitis

La mastitis es una inflamación del pecho que puede o no acompañarse de infección. Normalmente esto se asocia con la lactancia, por lo que también se denomina mastitis lactacional ya que se produce en un 10% de las mujeres lactantes. Debido a esta inflamación se puede producir pus en la mama generándose lo que se denomina absceso mamario.
Todo esto se ha visto que puede ser desencadenado por el vaciamiento ineficaz de la leche debido a una mala técnica de lactancia y suele ser más frecuente en la segunda y tercera semana postparto, a pesar de que puede ocurrir en cualquier momento de la lactancia.

CAUSAS DE LA MASTITIS
La causa primaria de la mastitis es la estasis u obstrucción de la leche, la cual puede venir o no acompañada de infección. Esta obstrucción se produce cuando la leche no se extrae del pecho eficazmente y esto se puede deber a varias causas:
Ingurgitación mamaria o congestión mamaria: sucede cuando el pecho está repleto tanto de leche como de líquido tisular. El drenaje venoso y linfático está obstruido, el flujo de leche obstaculizado y la presión en los conductos lácteos y en los alvéolos aumenta. Los pechos se ponen hinchados y edematosos. Esto produce la acumulación excesiva de leche en las mamas, por lo que la leche queda retenida dentro del pecho y fluye con muchísima dificultad.
Frecuencia de las tomas: se ha observado que cuando se establece un horario para las tomas de leche del bebé, la ingurgitación seguida de mastitis es más común. En muchas mujeres, se ha visto que si pierden una toma o incrementan el tiempo entre toma y toma, puede aparecer esta inflamación.
Agarre al pecho: es el principal factor que predispone a la mastitis. Si el bebé no se agarra bien al pecho, la leche no se extrae adecuadamente. El mal agarre puede provocar también la aparición de grietas o fisuras en el pezón. Debido al dolor que estas provocan, muchas mujeres tienden a evitar la alimentación en ese pecho lo que puede conducir a la mastitis.
Lado preferido y succión del pecho ineficaz: en algunas ocasiones la madre encuentra más fácil ponerse al niño en un lado que en otro, de forma que en el lado en el que se alimenta con menor frecuencia puede aparecer mastitis. Algunos estudios han relacionado este hecho con la lateralidad de la madre, es decir, si la madre es diestra o zurda.


FACTORES DE RIESGO Y PREVENCIÓN DE LA MASTITIS
Se ha visto que hay varios factores de riesgo que pueden conducir a la mastitis. Entre ellos están:
Edad: algunos estudios señalan que las mujeres de 21 a 35 años son más propensas a desarrollar mastitis que las menores de 21 y mayores de 35 años.
Mastitis previa: hay pruebas que indican que un primer episodio de mastitis predispone a la recurrencia.
Nutrición: se ha visto que los antioxidantes como la vitamina E, vitamina A y el Selenio, pueden reducir el riesgo de inflamación mamaria.
Estrés y fatiga, trabajo fuera de casa y traumatismos, entre otros.
Por lo tanto, la mastitis y el absceso mamario pueden prevenirse en gran parte, si la lactancia materna se guía adecuadamente desde el principio. Con ello, se pretende evitar situaciones que producen estasis de la leche y si se tratan rápidamente los síntomas precoces como la ingurgitación, el conducto bloqueado y el dolor de los pezones, se puede evitar suspender la lactancia.
Así, si la lactancia materna continúa o se interrumpe después de un episodio de mastitis o absceso mamario, y cuanto tiempo continúa, depende en parte del asesoramiento y la ayuda que recibe la madre. Si recibe orientación adecuada y apoyo clínico y emocional, debería recuperarse completamente y no experimentar problemas con subsiguientes lactancias. Si por el contrario recibe escasa orientación y apoyo puede que nunca vuelva a amamantar.

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